21 septiembre, 2016 - 11:24 pm
El presidente del organismo descentralizado, Guillermo Worman, dijo que la tarea realizada, sumada a un invierno menos crudo, impactó positivamente en el servicio.
El presidente de la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios (DPOSS), Guillermo Worman, efectuó un balance de la temporada invernal en materia de provisión de agua potable y aunque aclaró que aún resta saber cómo influirá la etapa del deshielo, evaluó que el haber tenido un invierno menos crudo que años anteriores «impactó positivamente» en el servicio.
El funcionario observó que a esto se sumaron las más de 100 reparaciones de pérdidas en la vía pública realizadas este año y anotó que «por todo esto, tenemos más presión en el sistema y más agua», comparando con lo que ocurrió años anteriores.
«Hemos tenido un invierno mucho menos crudo que los inviernos anteriores y eso impactó positivamente en la disposición del agua potable», explicó Worman en declaraciones a FM del Sur.
De todos modos, aclaró que «nos falta el último período, que es el momento del deshielo; porque cuando tenemos altas temperaturas y deshiela de golpe, el agua se vuelve más amarronada» y que «al estar más turbia el agua y venir con más componentes, nosotros tardamos más tiempo en filtrarla y decantarla».
«Al tardar más tiempo, el agua ya potabilizada llega con retraso a la cisterna, y ahí se tiene, quizás, alguna dificultad en las zonas que históricamente se ven afectados», explicó, y precisó que «esta cadena (la conforman) los barrios Andino, Los Fueguinos, Río Pipo, Malvinas Argentinas, Monte Gallinero y otros sectores de la zona Oeste».
«Por el contrario, toda la zona Este, desde la Base Naval hasta el Río Olivia, en general nunca han tenido problemas, salvo alguna cuestión extraordinaria», señaló.
«En síntesis, estamos esperando que termine la etapa del deshielo para decir si efectivamente tuvimos un año mejor que los anteriores», indicó.
El titular de la DPOSS comparó el sistema de agua con el sistema circulatorio del cuerpo humano, «que no vemos porque está debajo de la piel», toda vez que «el sistema de agua está bajo tierra o bajo asfalto o bajo veredas. Son muchos kilómetros de mangueras o caños que terminan entrando en todos los domicilios que tienen el servicio».
«Si ese sistema está cerrado, el agua que está dentro de la red no se pierde y recircula, pero si tenemos pérdidas, esa agua que tenemos stockeada se va perdiendo de a poco», explicó.
Aseveró que «este año hemos reparado una enorme cantidad de pérdidas» y que, por lo tanto, «tenemos más presión en el sistema y además más agua, lo que contribuye a tener menos cortes que años anteriores».